El magnetismo (del latín magnes, -ētis, imán) es un fenómeno físico por el que los materiales ejercen fuerzas de atracción o repulsión sobre otros materiales. Hay algunos materiales conocidos que han presentado propiedades magnéticas detectables fácilmente como el níquel, hierro, cobalto y sus aleaciones que comúnmente se llaman imanes. Sin embargo todos los materiales son influídos, de mayor o menor forma, por la presencia de un campo magnético.
El magnetismo también tiene otras manifestaciones en física, particularmente como uno de los dos componentes de la radiación electromagnética, como por ejemplo, la luz.
Los fenómenos magnéticos fueron conocidos por los antiguos griegos. Se dice que por primera vez se observaron en la ciudad de Magnesia del Meandro en Asia Menor, de ahí el término magnetismo. Sabían que ciertas piedras atraían el hierro, y que los trocitos de hierro atraídos atraían a su vez a otros. Estas se denominaron imanes naturales.
el primer filósofo que estudió el fenómeno del magnetismo fue tales de mileto, filósofo griego que vivió entre 625 a. c. y 545 a. c.[1] en china, la primera referencia a este fenómeno se encuentra en un manuscrito del siglo iv a. c. titulado libro del amo del valle del diablo: «la magnetita atrae al hierro hacia sí o es atraída por éste».[2] la primera mención sobre la atracción de una aguja aparece en un trabajo realizado entre los años 20 y 100 de nuestra era: «la magnetita atrae a la aguja».
Campos
y fuerzas magnéticas
El fenómeno
del magnetismo es ejercido por un campo magnético, por ejemplo, una corriente eléctrica o un
dipolo magnético crea un campo magnético, éste al girar imparte una fuerza
magnética a otras partículas que están en el campo.
Para una
aproximación excelente (pero ignorando algunos efectos cuánticos, véase electrodinámica cuántica)
las ecuaciones de Maxwell (que simplifican la ley de Biot-Savart en el
caso de corriente constante) describen el origen y el comportamiento de los
campos que gobiernan esas fuerzas. Por lo tanto el magnetismo se observa
siempre que partículas cargadas
eléctricamente están en movimiento.
Por ejemplo, del movimiento de electrones en una corriente eléctrica o en
casos del movimiento orbital de los electrones
alrededor del núcleo atómico. Estas también aparecen de un dipolo magnético intrínseco
que aparece de los efectos cuánticos, p.e. del spin
de la mecánica cuántica.
La misma
situación que crea campos magnéticos (carga en movimiento en una corriente o en
un átomo y dipolos magnéticos intrínsecos) son también
situaciones en que el campo magnético causa sus efectos creando una fuerza.
Cuando una partícula cargada se mueve a través de un campo magnético B, se ejerce una fuerza F dado
por el producto cruz.
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